El Profeta

El Profeta

Un dia cualquiera, atardecer otoñal y caminata obligada, esta vez por el trazado de la via del ferrocarril que atraviesa toda la ciudad, desde San Juan hasta Mendoza.

Cerca de las dársenas del transporte público una figura encaramada sobre el borde del terraplén, gesticula ampulosamente, mientras sostiene una guitarra en su mano derecha levantada cual tridente amenazante.

Su potente voz hace eco en las viviendas del frente y sus gestos parecen intentar que tal vez los que lo miran se detengan a escuchar sus elocuentes palabras.

Los pocos sorprendidos pasajeros, que aguardan su transporte, le prestan cierta atención, tal vez porque convenza, tal vez porque no escuchan, pero me animo a pensar mas en su capacidad actoral, el atractivo.

Puedo entender entre sus intrincadas y efusivas expresiones, algún atisbo de lecturas de algún pasaje bíblico, un pastor evangelista me digo y que mejor lugar para mostrarse que aqui mismo.

La guitarra ahora, cuelga de su hombro, mas relajado, mientras muestra el diapasón a los presentes, aunque no logramos aun entender su mensaje y su figura vacilante y temblorosa hace pensar que por sus venas están corriendo también algunos vapores etílicos.

Mientras me voy alejando, sigo escuchando el anuncio y me suena estimulante, tal vez ese brebaje le haya otorgado el coraje suficiente para poder decir lo que todos sentimos.

 

 

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