Este viaje fue muy apacible y productivo, mi espíritu volaba por allí entusiasmado por el descubrimiento del paisaje, así que no dudé esta vez en retratar las bondades del parque y sus entreluces.
No obstante mi genio no pudo escindirse del desagrado por la observancia del derroche y de la desidia cotidiana así que me disculpo por plasmar una vez más entre tanta belleza algunas pobres expresiones de la creciente contaminación que nos invade.